¡El teatro ha muerto! No es posible que, habiéndose desarrollado la tecnología, aún se siga haciendo arte como hace dos mil años; hacer teatro hoy es como escribir con plumas de ganso teniendo una computadora. Así me despidió un amigo hace unos días. Entonces recordé que, en una oportunidad, en el frontis de una universidad norteamericana, apareció cierta mañana el siguiente anuncio: "Dios ha muerto", firmado: Nietzsche; tiempo después, en el mismo lugar, apareció este otro mensaje: "Nietzsche ha muerto", firmado: Dios. Me pregunto, ¿el teatro se acordará de anunciar la muerte de mi amigo? Ha llegado el año 2007 y tengo la convicción de que en el 3000 y los siguientes, el teatro seguirá ofreciendo al hombre el espacio y la libertad para decir lo que quiera decir, hacer lo que quiera hacer y ser lo que quiera ser.